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Morro García: Un llamado a la reflexión




El fallecimiento del delantero goleador de Godoy Cruz de Mendoza conmocionó a todo el fútbol argentino, se trató de uno de los nombres más importantes que han jugado por nuestras tierras en los últimos años. Desde el domingo se fueron conociendo detalles que pudieron tener que ver con la decisión final del uruguayo, varios temas que subyacen de fondo y que no suelen ser tratados mediáticamente con la importancia que requieren.

Para empezar, parece obvio decirlo y es increíble que sea así, los jugadores de fútbol son seres humanos, debiera ser lo primero a considerar. Se equivocan, sienten y aman como cualquiera de nosotros, la imagen idealizada con la que se los refleja cuando están dentro del campo de juego solo muestra una porción de la realidad, o de la que quieren hacer creer. Puertas para dentro, en casa, hay un mundo aparte que el común no conoce, una lucha interna con la que lidian permanentemente (como todos), una historia de vida que muchas veces contrasta con la pura expresión deportiva pública. No todo es fama, dinero, éxito, hay una parte que no la llena ninguna de esas cosas.

La mayoría de los estadios argentinos han sido testigos (antes de la pandemia) de como miles de "hinchas" iban a descargar sus propias frustraciones personales los domingos, ya sea con jugadores rivales o de su mismo equipo. La cancha como especie de psicólogo. Vidas dependientes de que tal o cual pateara una pelota adentro del arco para que le alegraran la semana o el finde. En el medio, profesionales testigos de la locura ajena. Mucho tienen que ver en esto periodistas y dirigentes, ensalzando todo en términos de guerra, como si no hubiera un mañana si tal equipo no gana.       

¿Un simple comentario en una red social puede afectar la mente? Claro que sí, el anonimato de las diversas plataformas virtuales permite que cualquier usuario desde donde se encuentre pueda realizar una publicación que puede o no perjudicar a terceros, calumniar personas que ni siquiera conoce, difundir fakenews con el objetivo de desestabilizar a una persona o institución, teniendo en cuenta su repercusión. El poder reflejado desde atrás de una pantalla. 

Una cosa es criticar constructivamente algo, con el objetivo de pretender que mejore. Otra directamente es utilizar la cuenta oficial de un personaje público (tenga la profesión que tenga) para insultarlo, degradarlo, desearle el peor de los males, seguramente por haberse equivocado en el ejercicio de su trabajo, esto visto en Argentina y el mundo. Claramente se traspasa un límite cuando suceden estas situaciones, y no puede ser pasado por alto. 

Y, creo yo, el problema más grave, todavía considerado tabú y del que se habla solo cuando a un famoso le pasa, la depresión. Una enfermedad que afecta a muchas personas en todo el mundo, y de la que sin ayuda profesional en el momento adecuado es muy difícil salir. Nunca más debe ser minimizada la salud mental, tan o más importante aún que la física. Cuando uno perciba a un amigo, un familiar, pariente o conocido de su confianza que esté mal anímicamente, siempre debe ofrecerse a darle una mano. La mente lo es todo, dependemos de ella para sentirnos plenos en el resto del cuerpo y también en nuestros quehaceres habituales. Si la misma falla, todo trastabilla.

Todavía predomina aun el famoso prejuicio de "este tiene plata, ¿cómo puede estar mal?" o "con la mina que tiene, ¿qué va a estar deprimido ese?, sin tener en cuenta aspectos internos que no tienen que ver con lo material, en definitiva, aspectos humanos que hacen a la esencia del ser. Volviendo a lo deportivo, y también a lo social, quizá sea hora de hacer una mea culpa, periodistas, hinchas, dirigentes, sociedad en general. 

Licenciado Paulo Viglierchio
Especial para RosariNoticias    

      

                             


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