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Coronavirus y bares, cuestiones a corregir para volver a aperturas duraderas

 


Por estos días, en plena pandemia de coronavirus, el gobierno de la provincia restringió varias actividades, entre ellas la gastronómica, que debe cerrar sus puertas a las 19 para la atención al público y puede permanecer hasta las 23 en modalidad Take Way o Delibery.

El sector viene golpeado desde al año pasado, varios comercios del rubro debieron cerrar sus puertas porque no resistieron estar algunos meses totalmente cerrados. Ahora, cuando empezaban a recomponerse un nuevo golpe se da sobre ellos, quitándoles la posibilidad de servir la cena, sin dudas la franja más rentable.

Sin embargo, hay cosas a corregir respecto a la conducta de los comensales a la hora de permanecer en los bares y restaurantes. La socialización es inherente al ser humano, tomar un café con amigos, compartir unas cervezas, son cuestiones frecuentes y muy arraigadas en nuestras costumbres. 

El uso de barbijos en bares, es bastante infrecuente, por no decir nulo. Si bien la mayoría llega al establecimiento, cuando llega se lo saca y vuelve a colocárselo cuando se retira. Las leyes de la física impiden que alguien con barbijo o tapaboca pueda comer o beber, pero en encuentro que duran en promedio hora y medio o dos, el tiempo en que ingiere alimentos o bebidas es bastante acotado. 

En centenares de bares de la ciudad, miles de personas se agolpan en las esquinas desprovistas de ese vital elemento y no es infrecuente que entre doscientas o trescientas personas estén en una misma ochava al mismo tiempo, desprovistos de toda protección. La ciencia comprobó que el barbijo era el mejor elemento para impedir la propagación del virus. 

Una ronda de café en un bar entre amigos, nos pone frente a cuatro o cinco personas durante un término de tiempo prolongado. El consumo dura como mucho diez minutos, los otros cincuenta son de charla, intercambio de anécdotas, chistes o gratos recuerdos. Se prohíben las reuniones sociales por un lado, incluso en domicilios, pero se dan en bares y restaurantes todo el tiempo. 

La gente cuando llega a un bar parece abstraerse del contexto general, como por arte de magia parecería que por ese lapso de tiempo el virus desapareció. Bajar los niveles de contagio, no solo tienen que ver con bajar la circulación, sino también ser inteligentes a la hora de salir a socializar. 

Una norma que diga, "los comensales sólo podrán quitarse el barbijo a la hora de ingerir alimentos o bebidas", podrá darnos mayores libertades y por supuesto, el estricto cumplimiento y control por parte de cada establecimiento y los gobiernos.    

 



  



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