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El juego de la silla en la provincia mueve el tablero político de Santa Fe

 


Estamos en pandemia, todos y todas sufrimos las consecuencias de la crisis económica mundial, algunos más que otros por cierto. Las cifras de pobreza se han disparado exponencialmente, el Gobierno, que llegaba a llenar la heladera de los argentinos no puede dominar las cifras de inflación, los formadores de precios no parecen dispuestos a ceder un ápice de sus ganancias y vivir es cada vez más difícil para más gente. 

A pesar de la promesa gubernamental que los salarios le ganarán a la inflación, hace cuatro años que eso no sucede en el país, y no pasará en este 2021, donde ya nadie confía en el 29% proyectado por el ministro Guzmán, prueba de ello es que los camioneros de Moyano cerraron por casi el 40% su paritaria y los empleados del poder legislativo de la Nación recibieron igual cifra por parte de Sergio Massa y Cristina Fernández. 

La breve introducción económica a este análisis político obedece a que en medio de esa economía que duele, con un 50% de los argentinos bajo la línea de pobreza, los políticos tienen otra agenda. Hay elecciones este año, se postergaron los plazos electorales esta semana, pero la pelea ya comenzó. El uso político de la pandemia, las vacunas, los cierres temporales, las clases presenciales o virtuales, los proveedores de vacunas, los acuerdos frustrados, los alcanzados, las denuncias ante la ONU por "poca transparencia del proceso", el vacunatorio VIP, el inocultable lobby político/ mediático por Pfizer, todo junto, todo en la misma bolsa, forman parte de la campaña política, ambas partes dicen que no debería, pero son caminos comunes. 

Santa Fe no es una isla, se renuevan 3 senadores nacionales este año y hay varios anotados para la pelea. En el Frente Progresista, la inesperada partida de Lifschitz produjo un cimbronazo indisimulable, ya se había perdido a Binner el año anterior, y les costará recomponerse. Por ahora el juego está en ver qué parte del radicalismo pueden conservar cerca, la fuga de dirigentes hacia Juntos por el Cambio es indisimulable y escasean los leales. 

Algunos se apuraron a distanciarse, a marcar la cancha, a mostrar lejanía, y el primero de ellos es el exministro de Seguridad de la administración anterior, Maximiliano Pullaro. Lifschitz ya había sido internado en el Sanatorio Parque de Rosario y el hoy diputado provincial decía que era el principal candidato a senador con que contaba la oposición, pero, "muerto el rey, viva el rey", vieja frase utilizada por las monarquías europeas para garantizar sucesiones. Y el que se autoimpuso la postulación al cargo fue el propio Pullaro, que no dudó en calzarse el traje de postulante a la cámara alta. 

Otros radicales, los de CREO, agrupados bajo la figura del intendente Pablo Javkin, la presidenta del Concejo, María Eugenia Schmuck, y el rector de la Universidad Nacional de Rosario, Franco Bartolacci, se apresuraron a decir que seguían adentro, pero reclaman mayor protagonismo. Ya no se conforman con ser invitados a la mesa, quieren sentarse al menos en una de la cabeceras. Les crecieron los enanos en el circo a los socialistas, primero les arrebataron Rosario y ahora juegan en pie de igualdad. A diferencia de sus socios, manejan presupuesto, la política requiere recursos, y por ese lado, están a disposición. La caja socialista está quebrada, cuentan con la estructura creada en 30 años de gobierno local y 12 en la provincia, pero no hay efectivo. 

Por el lado del PRO, la interna está candente. Este portal publicó una nota reproduciendo una gacetilla de prensa llegada desde las huestes del diputado nacional Federico Angelini, vicepresidente el partido al nivel nacional y uno de los principales referentes a nivel provincial. Eso no cayó muy bien en el sector "larretista", de López Molina y José Corral, que emitieron uno similar desmintiendo que la fuerza política de Mauricio Macri haya designado candidato y que no era momento de pensar en candidaturas en medio del contexto político y social. Lo curioso es que también Angelini se referencia con el jefe de Gobierno porteño. Renata Ghilotti se reivindica dentro del espacio de Bullrich y no quiere quedarse afuera, disputarán espacios y las PASO serán inevitablemente convulsionadas. 

En el peronismo, que abordamos en último término, las cosas no están más calmas. Ayer por la noche se lanzó el espacio "perottista" en Santa Fe. La reunión acumuló a la mayoría de los intendentes y presidentes comunales de la bota, no así a legisladores provinciales. Dijeron que formaban parte del Frente de Todos, pero que "no recibían órdenes desde Buenos Aires". Era una necesidad de diferenciarse del propio gobierno nacional, sobre todo del kirchnerismo, que buscará renovar la banca de María de los Ángeles Sacnun. Mirabella, principal promotor del espacio creado ayer, ocupa el otro escaño del espacio político y no quiere quedarse afuera. Los sellos de goma eran una costumbre muy arraigada del peronismo de los ´80 en la provincia, y varios de los actores actuales comenzaron su militancia en ese período. La ventaja del peronismo respecto a las otras fuerzas, es que zanjada la interna, todos van detrás del objetivo común. 

Carlos Reutemann, el otro postulante a renovar su banca que ocupa hace dos décadas, está muy delicado de salud, y nadie imagina que pudiera encabezar una campaña electoral en esas condiciones y a su edad, pero el Lole siempre tuvo esa estirpe luchadora y si logra estabilizar su físico, se anota en la grilla de partida. Así lo había anticipado hace algunos meses, el hombre de pocas palabras dijo que competiría con la escudería oficial o la muletto, en referencia a que quizás no formara parte del conglomerado de agrupaciones que participarían del armado de Juntos por el Cambio, espacio con el que se referencia desde hace algunos años. Desde ya bregamos por su pronta recuperación, pero el panorama es complejo. 

Así las cosas, las tres bancas en juego en la provincia tienen demasiados postulantes. Cada espacio brega por acceder al alguna de ellas, el que gane tendrá el doble premio de llevarse dos bancas y el que "pierda", al menos una, premio no menor, ya que se trata de un logro que tiene seis años de duración, más que los períodos presidenciales o legislativos, que trascenderá este gobierno y el próximo. 

Es así que en medio de la pandemia, mientras la gente desespera por intentar saber cómo llegará a fin de mes, donde caen las persianas de miles de comercios que ya no abrirán y se pierden además fuentes laborales que difícilmente se recuperen a la brevedad, la clase política santafesina, ya está en otra cosa. Desde la provincia se destaca la ayuda a comercios; desde la oposición se asegura que escasa y tardía; en la provincia se promociona que se llegó al millón de vacunas colocadas; desde otros espacios se dice que falta mucho todavía, ambas cosas son ciertas. Hay solo tres espacios, y como en el juego de la silla, nadie quiere quedarse afuera...


Fernando Paulo Viglierchio

(Especial para RosariNoticias)

      

         



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