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Heridas que no cierran y sangran todavía

 


Tarde, aquel viejo tango de José Canet, inmortalizado por Julio Sosa habla de heridas que no cierran y sangran todavía, y eso podría decirse de la interna política que disputará el Frente de Todos en la provincia. Agustín Rossi y Omar Perotti se enfrentarán en la pelea de fondo en las PASO, con consecuencias todavía imprevisibles, aunque por demás de esperables. 

A priori, se puede afirmar sin temor a equivocarnos, que el Gobierno perderá representación política en la elección. Defiende 2 senadores y 3 diputados nacionales y sobre todo en el primer rubro, la cosa está difícil. Tendría que imponerse en la elección a la cámara alta para volver a colocar dos representantes en el Senado nacional, algo que a esta hora, parece difícil. 

El peronismo santafesino tiene una base del 30%, ese piso nunca fue perforado hacia abajo, en elecciones nacionales llegó a sacar hasta algo menos del 50%, pero lejos está de ser esta la ocasión. Y no tiene que ver el presente análisis con el Olivosgate sobre el que se ha montado la oposición en los últimos días, a falta de propuestas ni antecedentes para mostrar, el propio Gobierno le brindó la oportunidad de someterlo al escarnio público. 

Tiene que ver con la composición del voto en Santa Fe, que vota cada santafesino. El centro norte mucho más relacionado a lo agropecuario y el sur a la actividad industrial. Rosario, donde se acumula el mayor caudal electoral suele ser definitorio, y muy lejos está de ser la capital del peronismo como lo fuera otrora. Sin embargo, en la compulsa interna la mayor cantidad de electores rosarinos podría volcar la interna para un lado o para otro. 

Lewandosky y Rossi tienen referencia en la cuna de la bandera. Si bien El Chivo nació en Ceres, hace muchos años está radicado en Rosario y allí tiene su sede La Corriente, el espacio político del que es líder y desde donde se armó la apuesta de disputarle poder al gobernador. No está solo, la acompaña una rosarina legítima, como Alejandra Rodenas, vicegobernadora de licencia, exjueza, de apellido ilustre auriazul y referente del Nuevo Espacio Santafesino. En la lista de diputados que encabeza Toniolli, del Movimento Evita, está además el Cachi Martínez, el representante del Frente renovador más conocido en la provincia. 

Esta conjunción de referentes provinciales de La Corriente, el Frente Renovador, el NES, el Movimiento Evita, apoyados por Luis Rubeo (padre e hijo), y algunos referentes sindicales, buscan marcarle la cancha al gobernador, dejarle claro que no hay 2023 posible sin unidad, que cortarse solo para asegurarse una banca en el Senado tras concluir su mandato, y digitar el próximo candidato al sillón de la Casa Gris, no es gratis. 

Bajo la acusación de querer "llevarse el peronismo" a otro lado, con la referencia de seguir los pasos de Schiaretti en Córdoba, se le pararon de manos, resistieron la embestida de la Casa Rosada y hasta soportaron la salida de Rossi del gabinete nacional. Dispuestos a todo, le salieron al cruce a Perotti, que cosechó el inesperado apoyo de la vicepresidenta, Cristina Fernández que colocó a Marilin Sacnún en la lista de aspirantes al Senado, tras el periodista Lewandosky, de buena perfomance electoral en 2019, cuando destronó al socialismo de la representación en el Senado provincial por Rosario. 

El techo del peronismo en las PASO, será superior al que cosechará en las generales. Las internas peronistas suelen ser sangrientas, no tanto en la pirotecnia verbal de campaña, sino en resultados posteriores. Nunca el que pierde acompaña, como reza la máxima peronista, el que gana va solo a la elección, no cuenta con la colaboración del sector derrotado, que en el mejor de los casos, apenas lo vota. Se ha visto incluso hasta el cierre de locales partidarios de los derrotados en la interna, por más que integraran la lista definitiva en lugares expectantes. La política no es una ciencia exacta, no es  matemática, la suma de lo que saquen entre ambas listas en las PASO, nunca dará una proyección cercana de la general.  

Lo afirmado no es fantasía, sucedió y volverá a suceder. El peronismo es vertical, las fotos de derrotados junto a vencedores son escasas y elocuentes, apenas para la ocasión, la interna no se supera. Así las cosas, la oposición podría aprovechar la compulsa interna para dar el golpe. Ellos tienen menos inconvenientes, los une el antiperonismo, y en eso, el votante opositor es más fiel. No importa la opción más potable para expresarlo en las urnas, la cuestión pasa por votar en contra de y en eso, no dudan. Unos proponen frenarla, otros ponerle límites o dejarla atrás, casi un pelotón de fusilamiento. 

Casi al unísono focalizaron su campaña en mostrar a Cristina como el gran monstruo a vencer. Con matices, y casi sin diferencias, apuntan al lecho de mercado de rechazo de la expresidenta. Cristina tiene un nivel de antipopularidad cercano al 65% en la provincia. Jamás la votarían, dentro de ellos hay incluso sectores peronistas, sobre todo el peronismo capitalino, más cercano a la derecha y clerical. Pescan todos en la misma pecera es cierto, pero es bien amplia, permite ese juego electoral de hacer una sola propuesta, captar votos por ser anti, que a la hora de contabilizarse, vale uno de todas formas. 

El peronismo priorizó el 2023 al 2021. Puso el carro por delante del caballo, se almorzó la cena, o como quiera decirse. Comenzó a definir más temprano que tarde la sucesión de Perotti. Al rafaelino lo están velando vivo. La carencia de estructura interna del gobernador le pesa demasiado, salió a armar de urgencia una línea interna, a inventar "representantes" donde no los tenía, a hacer alianzas inesperadas, que jamás hubiera pensado. Como senador votó incluso por el allanamiento a la casa de Cristina, su socia en esta interna. Si algo Perotti no es es cristinista, eso queda claro, pero fue el único salvavida a mano.

Para armar su gabinete tras el triunfo electoral, Perotti se valió del reutemismo residual, que todavía estaba dentro del PJ y no se había volcado al PRO, y se hizo de funcionarios del resto del peronismo que lo ayudaron a llegar a la Casa Gris, sumados a exfuncionarios de Obeid. Como otros, La Corriente aportó los suyos, Sukerman, el ministro de Gobierno se mantiene estoico, haciendo equilibrio entre lo público y lo político. No corrió la misma suerte otro referente rossista, como Juano González Utgues, desplazado de su cargo en el Ministerio de Trabajo. Así las cosas, con la costumbre bélica de asesinar un soldado para demostrar poder, el gobernador amenazada con hacer correr sangre, si las cosas no salen como quiere. 

El titular del Ejecutivo no cuenta con mayoría en Diputados, donde permanentemente se ve obligado a negociar con el Frente Progresista, y la relación con los senadores nunca fue de la mejor, menos después del avance judicial sobre Armando Traferri, del espacio político de Rodenas. La gobernabilidad de sus últimos dos años, podría verse sumamente amenazada y su sucesión, por demás de incierta.

El peronismo se encamina a perder representación parlamentaria en la provincia, el proyecto nacional fue desplazado de la agenda por la compulsa interna, se priorizaron individualismos al proyecto colectivo, y cada vez que eso sucedió, la derrota electoral castigó con creces, los 12 años de gobiernos socialistas son la muestra más clara. No será ésta la excepción, hay heridas que no cierran...y sangran todavía. 


Fernando Paulo Viglierchio

(Especial para RosariNoticias)        

      



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