El Gobierno Nacional dispuso una serie de medidas económicas para intentar reactivar la economía y sobre todo, bajar el precio de los alimentos, que aumentaron mucho más que los salarios en los últimos dos años. Se intentó llegar a un acuerdo con las empresas alimenticias, pero no fue posible, por lo tanto dispuso un extenso listado de precios máximos.
Solo algunas empresas se adhirieron al programa de congelamiento de precios dispuesto por la administración Fernández, que en la figura de Roberto Feletti intentó vanamente llamar a la reflexión a los formadores de precios sobre los márgenes de ganancia y el difícil momento económico que vive gran parte de la población.
Así las cosas, quienes decidieron no acatar la medida, no escatimaron amenazas de desabastecimiento, cierre de plantas y despidos de trabajadores. Puertas para adentro, ese fue el discurso que manejaron ante el intento oficialista de retrotraer precios al 1º de octubre.
Por lo que pudo verse ayer, en una conocida cadena de supermercados de capitales locales, la oferta de productos no era lo que más sobresalía. Se desarmaron góndolas para intentar disimular el vaciamiento, se dejó mercadería de algunas marcas específicas, pero todo lucía como extraño.
Algo pasaba, o la empresa no atraviesa su mejor momento o no consigue que sus proveedores le vendan a un precio acorde para poder vender al precio máximo establecido, o quizás se trate de un boom de ventas que no permite reponer la mercadería. ¿Desabastecimiento en Rosario?. La secretaria de Comercio deberá inspeccionar.
