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Engañosa suba del piso de Ganancias fue dispuesta por el Gobierno

 


El tema Ganancias estuvo sobre el tapete la última semana por el fallido intento del oficialismo de incorporar entre sus aportantes a integrantes del Poder Judicial. No lo logró por una veintena de votos, pese al apoyo mayoritario de la opinión pública y los sufragios negativos de fuerzas opositoras, que a pesar de coincidir conceptualmente, plantearon reparos amparados por la supuesta intangibilidad de los salarios de los magistrados, que instalados en bares en cercanías del Congreso ejercieron un impúdico lobby sobre los legisladores, violando incluso principios generales del Derecho, como la igualdad ante la ley o la no injerencia del un poder sobre otro.  

El Gobierno, que <presionado por los gremios afines> había anunciado con bombos y platillos la suba del mínimo no imponible de 280 a 330 mil pesos el piso desde el cual un trabajador aporta ese impuesto al salario, pensaba compensar con el aporte judicial esa caída significativa de ingresos que el gesto amigable al poder sindical le había costado. Pero fracasó en el intento. 

La tan mentada "suba del mínimo no imponible" no es tal, y así lo revela la propia difusión oficial, que habla a las claras que "380 mil trabajadores ya no tributarán". Si se tratara de una suba del mínimo no imponible, todos los aportantes se verían beneficiados, los primeros porque dejarían de abonar, pero el resto pagaría mucho menos, al correrse la escala desde la cual se hacen los descuentos. Pero no es así, no se modificó el mínimo no imponible, que se dispone por RIPTE una vez al año, solo se subió el piso desde el cual un trabajador que gane de sueldo bruto menos de 330 mil pesos no abonará, pero el que abona no se verá beneficiado. 

Es cierto hay una escala, que va hasta casi los 430 mil pesos que tendrá una reducción proporcional, para evitar la dicotomía que quien gana 329 mil gane mucho más que el que gana 331 mil. Ellos si tendrán alguna reducción temporal que perderán al poco tiempo por el avance descomunal de la inflación y las consiguientes subas salariales, que en el último tiempo no compensan, cumpliendo con aquel viejo adagio que los precios suben en ascensor y los salarios por las escaleras. 

En las condiciones actuales, nadie podrá decir que un trabajador que gana entre 240 y 280 mil pesos de salario bruto es millonario. Basta con llenar un changuito de supermercado o ir a comer a un restaurante para darse cuenta que no es así, y ni hablar de pagar un alquiler. Bueno, esa "afortunada" gente que tributa Ganancias paga cifras de 40, 50 o 70 mil pesos en promedio, dependiendo de la escala en la que haya caído. Ni hablar del mes en que atraviesa una escala <por un incremento salarial> y pasa a otra, allí el descuento es mucho mayor, por tratarse de un impuesto anual, se le descuenta como si todo el año hubiera ganado esa cifra, sin dudas algo que resulta injusto.

El vetusto y poco progresivo impuesto a las Ganancias tiene problemas de fondo. No se actualizan las escalas, no es lo mismo para alguien que gana 2 millones como los jueces por ejemplo que se les descuenten...200 o 300 mil pesos, ya que con el resto, supongamos 1, 7 millón puede darse todos los gustos que para alguien que cobra de bolsillo 260 mil pesos le descuenten 50. Además, por ir sobre el salario bruto, Ganancias está castigando a gente que tiene mucha antigüedad, jerarquización, adicionales por responsabilidad mayor, generando que casi sea un castigo ser un empleado jerarquizado. 

Los salarios perdieron demasiado poder adquisitivo desde el 2015 a esta parte. La pandemia y un par de gobiernos que no supieron <o no quisieron> sostenerlos, quizás por designios del FMI o propia iniciativa, interprete cada uno lo que mejor le parezca, hacen que quienes no tributan Ganancias (casi 6 millones de personas sobre 7) con salarios en blanco en Argentina, sientan envidia por no llegar a pagar por aquellos que si lo tributan. Es eso igualar para abajo, una pelea de trabajadores frente a los salarios "altos" de otros, que deja de lado la pugna por mejorar el propio. 

Así las cosas, los parches superpuestos sobre una norma que debería ser derogada se van llevando el esfuerzo de la clase trabajadora. Bancarios, camioneros, químicos, aceiteros, empleados públicos, y otras tantas organizaciones gremiales entre los más perjudicados. 

La izquierda por ejemplo planteó en el debate parlamentario que no acompañaba el polémico artículo 100 porque consideraba que "ningún trabajador debería pagar Ganancias". Es de esperar que ingrese en el Parlamento argentino a la brevedad un proyecto que lo proponga, y la fuente de financiamiento alternativo para suplirlo. Cinco diputados del oficialismo de extracción sindical votaron en contra, fueron el cordobés Pablo Carro, el bancario Sergio Palazzo; Hugo Yasky de la CTA; la gráfica María Rosa Martínez y Claudia Omaechea, de la Corriente Federal de los Trabajadores. Todo hace suponer que tendrán alguna alternativa al respecto. 

El diputado y secretario general de la Asociación Bancaria, Sergio Palazzo, presentó ayer un proyecto de ley para modificar el mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias con el objeto que solo paguen el tributo los trabajadores que perciban un haber bruto equivalente a cinco veces el valor de la canasta familiar o diez salarios mínimo vital y móvil.

Palazzo, a través de su cuenta en la red social Twitter, señaló que su proyecto contempla que "el mínimo no imponible sea el equivalente a 10 salarios Mínimo Vital y Móvil o a 5 Canastas básicas total de hogar tipo 2. Esto pondría en situación de exceptuado de pagar ganancias a salarios de hasta $ 641.070" existentes en la actualidad. Final abierto. 


Fernando Viglierchio

Especial para RosariNoticias



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