La diabetes afecta a más de 6 millones de personas en la Argentina y por eso el Congreso de la Nación aprobó por ley la gratuidad de todos los medicamentos para su tratamiento. En el mundo, más de 500 millones de personas viven con ella. Se trata de una patología crónica que genera un fuerte impacto en la calidad de vida y el entorno de quienes la padecen, por múltiples complicaciones asociadas, en el corazón, los riñones y la vista, debiendo guardar especial cuidado en mantener sus márgenes acotados.
Es desorden metabólico de múltiples etiologías que, como consecuencia de un defecto en la secreción o acción de la insulina, genera valores anormalmente altos de glucosa en sangre (hiperglucemia). La insulina es una hormona que se produce en el páncreas y una de las encargadas de mantener los valores de glucosa en la sangre. Hay diabetes Tipo 1 y Tipo 2.
Insólita situación se da en la obra social de los empleados públicos de la provincia (IAPOS), donde cada seis meses, los médicos deben completar una compleja ficha con antecedentes, historia clínica y análisis recientes de cada paciente para demostrar que "no se han curado". Esto deben realizarlo por cada medicamento que le prescriban al paciente, la clásica Metformina en sus distintos grados, las tiras reactivas de medición, y otros suplementos utilizados para combatir la obesidad, factor determinante en más del 80% de los casos de diabetes Tipo 2.
Cabe aclarar además, que mientras no se encuentra vigente esa ficha, ya sea porque el paciente no concurrió al profesional, o porque el médico no la efectuó y cargó en el sistema, el afiliado recibirá menor cobertura, con porcentajes antojadizos, que en cualquiera de sus números violan la ley nacional, que dispone la GRATUIDAD. Gratis es gratis, no mucho o poco, es gratis, es decir sin valor. Por no poderse acumular además más de una receta el mismo mes, prácticamente deben ir al médico mensualmente para obtener prescripciones. Sin dudas alguien debería tomar cartas en el asunto, se termina incumpliendo con una normativa nacional, con una excusa irrisoria que casi suena a burla, probar que una enfermedad crónica y progresiva no se curó, hasta parece ofensivo.
