El Parque de la Independencia estaba colmado, desde hora temprana miles de asistentes fueron llenando las inmediaciones aledañas al estadio de Newell's. Centenares de colectivos fueron debidamente ordenados sobre bulevar Oroño, motos, camionetas y vehículos utilitarios trasladaron a los miles de asistentes al multitudinario evento rockero de anoche en la ciudad.
Esta vez sí, las fuerzas unidad de Municipalidad y provincia trabajaron en conjunto y lograron evitar el descontrol absoluto de experiencias anteriores como el partido entre Banfield y Talleres, el recital de "Tini" Stoessel, el de Nano Serrat, entre otros, donde reinó el desorden, el atropello y el abuso desmedido.
No se permitió encender el fuego en sectores verdes, se destinaron tres zonas para hacerlo, se acomodó a los vendedores ambulantes en zonas determinadas, y sobre todo, se impidió el accionar delictivo de los cuidacoches que venían actuando últimamente, exigiendo cifras exorbitantes para permitir estacionar un vehículo en inmediaciones del Coloso Marcelo Bielsa.
Con Carolina Labayru a la cabeza y una docena de móviles policiales se detuvo a 17 personas que intentaban ejercer el poder de decisión sobre quien podía aparcar y quien no, dependiendo de cuanto dinero estuviera dispuesto a darle.
Esta vez, en lugar de echarse culpas, de apuntar con el dedo hacia el otro lado, dejaron de hacerse los distraídos y ejercieron el control, como debe hacerse. El periodismo en general no suele ocuparse de lo que se hace correctamente, pero nobleza obliga, lo de anoche fue un feliz ejemplo a seguir, un signo que cuando se quiere se puede.
