Rosario Central venció a Central Córdoba de Santiago del Estero por 2 a 0 en el Gigante de Arroyito en un partido correspondiente a la fecha 24º de la Liga Profesional de Fútbol. Los goles del partido fueron convertidos por Fabricio Oviedo y Ignacio Malcorra.
Fue la primera y la última jugada de peligro creada por Central en la primera etapa. El elenco de Madelón se adueñó del balón y puso al Canalla contra su arco. Ni Ortiz ni Mac Allister pudieron < ni siquiera con infracciones, que ni llegaban a cometer> cortar nunca el juego del Ferroviario, que ganó la mitad de la cancha y puso a Central en los últimos metros de la cancha defendiendo la ventaja parcial.
La pelota no le duraba nada a los auriazules, que despejaban de abajo a los pelotazos, sin destinatarios fijos. Bianchi, que había ingresado por el juvenil Oviedo eran casi un frontón, le rebotaba todo lo poco que les llegaba. Quintana y Mallo fueron eficientes para sacar cada avance, y Broun tapó la única llegada clara que pudo haber terminado dentro del arco.
En el segundo tiempo, Veliz no salió a la cancha y en su reemplazo ingresó Gino Infantino. Con un hombre más en el centro del campo, el elenco local emparejó las acciones al menos en la tenencia. Bianchi, muy lejos de su forma física y futbolística se perdió un gol abajo del arco que pudo haber traído tranquilidad.
El conjunto visitante se debatía en su propia impotencia, se arrimaba a Broun pero solo pateaba al arco desde afuera y nunca a los tres palos, siempre por arriba del travesaño.
En una gran jugada colectiva, los de Russo estirarían la ventaja, tres toques rápidos para dejar a Malcorra casi en el borde del área chica y para su zurda, no podía terminar en otra cosa que gol, y el 10 se llenó el botín para sacarse la mufa de varios partidos sin ser protagonista.
Luego Campaz tuvo un par de ocasiones para ponerle la frutilla al postre, pero por falta de puntería y algo de individualismo no pudo concretar.
Los últimos minutos se picaron un poco, se empezó a poner pierna fuerte, mucho roce, algunas demoras, poco fútbol y llegó el final, que significó tres puntos más para el dueño de casa, que cortó una racha de cuatro partidos sin conseguir los tres puntos, frente a un rival que invitaba a concretarlo por sus enormes limitaciones.
Además el Gigante sigue siendo inexpugnable, el próximo rival en casa será River, que llegará a Rosario ya siendo campeón. Primero claro deberá visitar a Racing Club en Avellaneda, otro compromiso de riesgo para el conjunto auriazul.