Rosario Central y Estudiantes de La Plata empataron sin goles en el Gigante de Arroyito en un partido correspondiente a la fecha 23 de la Liga Profesional de Fútbol. En el complemento, Mariano Andujar le contuvo un penal demasiado anunciado a Malcorra. El equipo de Miguel Ángel Russo lleva 4 encuentros sin conocer la victoria.
Central juega cada vez peor, no importa el escenario ni el rival, está en un profundo pozo depresivo del que no puede salir. Extraña a horrores no se sabe a que cosa, quizás a Montoya, o vaya a saber que. Veliz es el llanero solitario al que no le llega ni una pelota, ni siquiera pelotazos largos, mucho menos asistencias. No corta, no crea, no produce peligro ni situaciones de gol.
Estudiantes estuvo más cerca, con un cabezazo que debió ser gol, casi abajo del arco. Tras un centro desde la derecha, Zuki puso la testa, pero sin fuerza como para desviar la pelota, que de otro modo se hubiera metido en el arco de un indefenso Broun. Ortiz y Mac Allister nunca pudieron hacerse del balón y perdieron casi siempre contra los mediocampistas del Pincha.
Anodino, insípido, insulso, inexpresivo y todo aquel adjetivo calificativo que el lector quiera encontrar para un equipo que parece haber perdido el rumbo, acusa fatiga futbolística de final de torneo, se quedó sin ideas, le tomaron el pulso y ya no sorprende a nadie. Una pobre expresión futbolística que recuerda al Central de Tévez.
Oviedo no es volante, es 9 y juega de eso, el pobre chico estuvo tirado en la cancha todo el primer tiempo en una función que no siente, y para la que no está preparado, no tiene marca y menos velocidad para desbordar. Parece extraño que un técnico experimentado como Miguel no lo sepa. Es cierto, mucho no le sobra, pero incluso invirtiendo roles de algunos volantes podría haber disimulado algo más la ausencia de Giaccone. El Canalla se arrimó dos veces, un desborde de un aislado Campaz, y un cabezazo de Mallo sobre el final.
La segunda mitad también fue mala, se jugó poco, se luchó mucho y el espectáculo dejó bastante que desear. El menos esa etapa tuvo lo emotivo del final, donde ambos se prodigaron por la victoria que les fue esquiva. Zuqui volvió a tener la más clara y frente a un casi vencido Broun volvió a tirarla afuera, esta vez con la pierna.
Central seguía con anemia ofensiva, no podía recordar aquella fórmula que lo llevó a ser un rival encumbrado para cualquiera que pisara el Gigante. Estudiantes nunca se esforzó demasiado por llevarse los tres puntos, pero jamás se descuidó atrás. Solo alguna guapeada de Campaz, algún toque sutil del pibe O'Connor que reemplazó a un desconocido Malcorra (que además erró un penal que pateó a las manos de Andujar), le dieron algo de fútbol.
Demasiado poco para vencer a un equipo sólido como el de la ciudad de las diagonales. El equipo de Domínguez nunca se regaló, custodió bien a Véliz, y trató de mantenerlo alejado de su arco. Solo en la última del partido el 9 se escapó de su marca, y tras pase del colombiano tuvo quizás la más clara que Andujar contuvo sobre el pitazo final.
