La temperatura promedio mundial alcanzó los 17 °C, justo por encima del récord anterior de 16,9 °C registrado en agosto de 2016, según datos de los Centros Nacionales de Predicción Ambiental. El nuevo máximo pone de relieve las extremas condiciones del verano de 2023 en el hemisferio norte.
“Este no es un hito que debamos celebrar, es una sentencia de muerte para las personas y los ecosistemas”, dijo Friederike Otto, profesora sénior del Instituto de Investigación Grantham sobre Cambio Climático y Medio Ambiente. “Lo preocupante es que no será el día más caluroso por mucho tiempo”.

