Con bombos y platillos la Municipalidad Rosario anunció reiteradamente la implementación de la línea 147, con diferentes modalidades de contacto, ya sea telefónico o vía Web, con perfiles de usuario que permiten a un ciudadano poner en conocimiento de las autoridades una infracción, falta o irregularidad. Se ampliaron instalaciones, se colocaron más cámaras, se pusieron más móviles y personal, para mejorar el servicio.
Hasta ahí todo bien, los trabajadores van todos los días, las denuncias se reciben y propagan con normalidad, la respuesta es eficiente y en tiempos normales, el problema es el contenido. Quienes ejecutan las acciones fallan en la resolución del problema denunciado. Verifican, advierten, hacen cesar la infracción y luego informan que no sucedió. Primer objetivo logrado, pero dejan al denunciante, al que además le pidieron datos como un imbécil.
¿"Usted puede sacarle una foto a las patentes de los infractores"?, es una de las preguntas recurrentes de las operadoras. Si alguien ve por ejemplo una cola de autos en doble fila y se animara a fotografiarlos, alguien podría garantizar su seguridad?. La Municipalidad no debería poner al vecino a fiscalizar las infracciones que ella misma tendría que detectar y sancionar.
La respuesta para quien efectúa la denuncia llega a los pocos días a la dirección de mail del denunciante, en dos comunicaciones sucesivas. La primera dice que recepcionaron correctamente la denuncia, le asigna número, etc. En la segunda, informa que no se verificó lo denunciado y que el caso ha sido cerrado. Sin dudas un improperio, casi una farsa o una simulación perfecta de que todo funciona bien, que deja al vecino como denunciador farsante y al infractor impune.
