Las PASO pasaron, quizás el Gobierno hubiera querido sin dudas otro escenario, pero le tocará bailar arriba del Titanic, tratando de sostener la economía, que seguramente sentirá la turbulencia de la derrota, pero con alguna esperanza de poder ingresar al balotaje. En números no quedó lejos de las otras opciones, si bien porcentualmente pueda parecer mucho, son unos 700 mil votos que separaron al libertario y el tigrense.
Patricia Bullrich, que se impuso con comodidad dentro de su interna deberá primero intentar juntar los sufragios obtenidos por Rodríguez Larreta y luego pescar en la misma pecera que Javier Milei. El 58% de los votos fueron a parar a opciones de ultraderecha, y ella deberá lidiar por ser aún más dura que el libertario, que promete explotarlo todo. El recorte del déficit, el ajuste brutal, el recorte de los derechos laborales y la seguridad como bandera serán el ABC de su próximo discurso. En votos quedó tercera, detrás del candidato oficialista y muy lejos del vencedor, sin dudas tendrá mucho que remontar.
Sergio Massa está parado sobre un campo minado, cualquier error puede dejarlo fuera del todo. Su empresa para intentar ingresar al balotaje será "facturar" los beneficios que otorga un Gobierno de raigambre "populista" y fidelizar los beneficios de pertenecer a un espacio al que las políticas sociales le marcan el camino. Millones de jubilados "sin aportes", beneficiarios de medicamentos gratuitos, estudiantes universitarios que no abonan arancel alguno, beneficiarios de planes sociales, oportunistas que aprovecharon el PreViaje, las titulares de la Asignación Universal por Hijo, pensiones no contributivas, trabajadores de empresa públicas deficitarias verán peligrar sus beneficios de ganar las otras opciones.
Además deberá concretar el desembolso de U$S 7500 millones de dólares que el Fondo Monetario Internacional prometió para el 23 de agosto, que ahora, pasadas las paso está mucho más en duda. Que garantía tendría el Fondo que este Gobierno no utilice ese monto pata volcar la plata a dádivas que le permitan revertir el resultado. ¿Es imposible la remontada de Massa?, no teniendo en cuenta que Mauricio Macri levantó unos 12 puntos entre las PASO y las elecciones generales en 2019. Pasó de poco más del 28% a más del 41%. La gente simplifica el voto, vota en la dirección elegida, y habrá que ver si Milei podrá sacar más que lo que sacó ayer.
Otro de los puntos a tener en cuenta es que quedó una gran porción de gente que no sufragó, y podría sumarse en una general. En las PASO anteriores votaron 2 millones de personas más que en la de ayer. Habrá que ver también si Cristina Fernánde, ausente de la campaña se suma a Massa, para fidelizar algo el voto kirchnerista, que siempre se estimó era del 30% y Massa no llegó ni siquiera a esa cifra. La presencia de CFK podría sumarle por un lado, pero restarle por el otro.
De ingresar a un balotaje, el peronismo tendrá el escenario de representar a la centro izquierda, contra la ultraderecha que se expresó fuerte y sólida, con todas las de ganar. El país viene deambulando entre ir y venir, la pobreza extrema se viene incrementando y la gente, en su desesperanza optó por pegarse un tiro en el pie para calmar el dolor de la uña encarnada. Es cierto el "populismo" no trajo el remedio ni la calma a la enfermedad, por el contrario amplió la brecha, pero el plan de la derecha es ajustar aún más y tomar decisiones que no irán precisamente en beneficio de la mayoría.
Una cosa es clara, ya no se vota a la derecha en la duda de cual será su plan de Gobierno. Unos y otros explicitaron con creces cuales son sus planes. Dolarización, bimonetarismo, recorte de derechos laborales, previsionales, privatización de empresas públicas deficitarias, eliminación de Banco Central, subsidios energéticos, levantamiento del cepo cambiario, apertura de importaciones y toda esa receta ya conocida que ka gente parece añorar.
