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Central no pudo con River y no logró levantar su segundo trofeo en una semana

 


River Plate venció a Rosario Central por 2 a 0 y se adjudicó el Trofeo de Campeones. Los goles del encuentro fueron convertidos por Colidio y Fernández, uno en cada tiempo. El conjunto de Russo cerró un año histórico, donde obtuvo hace apenas una semana un logro nacional, luego de 36 años, sin contar la Copa Argentina ganada por Bauza en el 2018.   

River jugó mucho mejor la primera etapa, superó con amplitud a Central y se fue a los vestuarios merecidamente en ventaja gracias a un tanto de Colidio. "Fatu" Broun se había convertido en figura del partido, sacando por lo menos media docena de situaciones de peligro, con dos tiros en los palos además, y parecía casi invencible. 

De Michelis apostó a poner toda la artillería ofensiva, De la Cruz, Etcheverri, Barco y Solari, monopolizaron el balón, con Enzo Pérez en la base, y los laterales pasando al ataque. El equipo de Russo no tuvo tenencia del balón y generó poco. La dupla Ortíz y Toledo no podían contener a los volantes millonarios, y todo fue un monólogo riverplatense. 

Matínez Dupuy, bien absorbido por los centrales, y Campaz sin poder sacarse a la marca de encima pudieron generar muy poco. Malcorra necesita tener el balón para poder generar juego y el elenco auriazul la tuvo muy poco. 

La superioridad fue notoria y el resultado quedó corto. En una contra en la que Toledo perdió una pelota con el equipo en ataque, Colidio consiguió el tanto ingresando en posición de 9 tras un centro desde la derecha de Solari, que le daba la victoria a los que habían sido mejores. 

En la segunda mitad, ya con el resultado a su favor, River salió con algo más de calma, podría decirse que el conjunto rosarino se paró de otra forma, obligado lo fue a buscar, con más amor propio que fútbol. 

Campaz, que estaba amonestado levantó su pierna, sin llegar a tocar al rival, pero Tello le marcó el camino de los vestuarios y ahí se terminó el partido. Perdiendo, en inferioridad numérica y muy poca nafta en el tanque, tras una interminable seguidilla de partidos que le permitieron gritar una vez más campeón, el conjunto auriazul se fue apagando.

Tras un pase extraordinario de Barco, Nacho Fernández estiró diferencias, con una exquisita definición al palo opuesto de Broun. A pesar de la diferencia, los de Russo lo intentaron todo, incluso lograron descontar gracias a un cabezazo de Bianchi, pero el VAR anuló por posición adelantada milimétrica. 

River fue un justo campeón, Central llegó ya sin energía al encuentro, y esta vez no pudo disimular la enorme diferencia que existe entre ambos planteles. Broun evitó varias veces la goleada, la diferencia fue exigua y no reflejó el dominio de los de De Michelis. 

Nada que reprochar al elenco de Miguel Russo, un equipo humilde, de bajo presupuesto que cerró el año levantando una copa, algo impensado cuando arrancó escapándole al descenso, y de a poco se fue convirtiéndose en protagonista. Central cerró su año, ganó el clásico, clasificó a la Copa Libertadores y gritó Campeón. Hoy todo estaba dado para que se diera como se dio y así sucedió. 

 

    




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