El último campeón del fútbol argentino, Rosario Central igualó con Atlético Tucumán por 1 a 1 en un encuentro disputado en la provincia del norte del país. Los goles del partido fueron convertidos por Lucas Martínez Dupuy en la primera etapa, en tanto en el complemento, Mateo Coronel igualó para los locales.
Central jugó un buen partido, lo pudo ganar, pero cuando comenzó a cuidarlo en una jugada sucia, el Decano llegó a la igualdad. Sández desde afuera del área había avisado, y el elenco de Russo jugaba mejor y más fluido. La apertura llegó desde un centro desde la izquierda, mal rechazado y el mexicano aprovechó un mal despeje para mandarla al fondo de la red.
En el segundo tiempo el canalla retrocedió, dejó manejar el balón y apostó a una contra, que no llegó. Defenderse sin la pelota no suele ser buen consejo, Atlético se lo llevó por delante con más ganas que fútbol y llegó al empate tras varios despejes fallidos del fondo auriazul. Premio para el que lo buscó y castigo para el que esperó y no fue por el segundo.
Entonces Central se acordó que existía un arco enfrente, Sandez de cabeza finalizó una gran jugada con tres zurdos como protagonistas. Giaccone y Malcorra armaron una gran jugada y el lateral no pudo doblegar la resistencia de De Vecchi. El arquero volvió a lucirse para desviar sobre el travesaño un disparo agónico de Ortíz que se metía arriba y hubiera significado el triunfo que hubiera merecido.
El resultado terminó siendo justo, ambos se brindaron por el espectáculo, el plantel rosarino es más rico, tiene mejores individualidades, pero no pudo doblegar a un rival que con actitud emparejó acciones. De todas formas, al conjunto de Russo le costó todo el año pasado jugar fuera de casa, donde volverá el martes, habrá fiesta del campeón y un Gigante remozado.
