Tras el histórico 25,5% de diciembre, enero mostraría un resultado positivo con relación a un cambio de tendencia, ya que igualmente un 20% no deja de ser un número terrorífico para los golpeados bolsillos de los argentinos.
La desaceleración de las últimas dos semanas habría puesto un freno a un índice que las consultoras veían similar al de diciembre en el Relevamiento de expectativas de Mercado que difunde el Banco Central, pero semana a semana, las mediciones parciales fueron bajando las proyecciones a la zona de 20%.
Lo que se espera para febrero es que la tendencia podría continuar a la baja siempre que los ruidos políticos no tiren abajo la Ley Ómnibus en el Congreso que hoy se comienza a discutir en el recinto.
En línea con esa baja va que se está notando una desaceleración en el precio de alimentos y bebidas en las últimas semanas de enero.
Lo negativo para empezar el segundo mes del año es que impactará, como coletazo de las negociaciones y el retiro del capitulo fiscal de la ley, un inminente aumento en los combustibles por la actualización de los impuestos al combustible líquido y al dióxido de carbono.
Si bien se espera un ajuste menor a los sufridos en las naftas en los últimos meses, dará un nuevo envión a los precios pegando directamente con el precio del tanque y luego con el impacto en la logística de los bienes y servicios.