En una muestra de entereza y tenacidad, después de un duelo que superó las cuatro horas, pudo revertir un mal comienzo. No llegó a París jugando su mejor tenis, las persistentes lesiones y la inactividad habían provocado un decaimiento en su rendimiento.
El teutón todavía tiene la espina de no haber ganado un título grande de Gran Slam, sin embargo, todo es cuestión de tiempo, tiene tenis para hacerlo, está entre las mejores raquetas del mundo y solo será cuestión de tiempo para que ellos suceda.