La Federación de Inquilinos Agrupados efectuó una encuesta a inquilinos e inquilinas de todo el país, que brindó detalles alarmantes, si bien hubo un aumento grande de la oferta por sobre la demanda, subas del 50% por sobre los contratos pactados durante la ley derogada, y un alto número de inquilinos que no pudo continuar alquilando.
El presidente de la Federación de Inquilinos Agrupados nacional, Gervasio Muñoz, dijo que “a seis meses de la derogación de la ley, preocupa que un alto número de inquilinos no puede alquilar por los aumentos trimestrales”.
Destacó que en el sector la oferta aumentó de la misma manera que en el resto de la economía.
“Es como ir al supermercado y ver las góndolas llenas, pero no poder comprar nada”, ejemplificó, y explicó que “la mayoría de los nuevos contratos tienen actualizaciones trimestrales y/o atados a la inflación, lo que hace imposible sostenerlo, ya que los ajustes de sueldos no aumentan a la par de la inflación”.
“Es muy difícil determinar cuánta gente quedó en la calle porque no existe una encuesta oficial nacional sobre el asunto de la vivienda, como sí ocurre sobre el empleo”.
Sin embargo, destacó que “el 15 por ciento de los encuestados debió dejar de alquilar por el aumento de los precios de alquiler”.
“Si se trasladan los porcentajes a la población inquilina argentina, que es de unos 10 millones de personas en tres millones de hogares, se calcula que 1.500.000 debieron dejar de alquilar. Es un número enorme y a la vez es difícil de medir sin una encuesta oficial".
“El acceso a la vivienda no tiene el tratamiento que debería, y el drama que viven los inquilinos entonces es invisibilizado”.
