Con vergonzoso arbitraje de los árbitros chilenos, y un penal inventado en la segunda etapa, el conjunto colombiano dirigido por Néstor Lorenzo venció al elenco nacional por 2 a 1 con goles de Yerson Mosquera y James Rodríguez, de penal. Nico González había empatado transitoriamente para la albiceleste, que continua liderando la Eliminatoria Sudamericana.
Fue un primer tiempo intenso, como era de esperarse el local planteó un partido físico, muy disputado en cada sector de la cancha, jugado bajo un intenso calor y una humedad que condicionaba el rendimiento, aunque para el campeón del mundo nada es excusa, jugar en plena tarde bajo 34º de temperatura no le cayó bien al equipo de Scaloni.
Argentina no tuvo el despliegue habitual, le faltó conexión a la mitad de la cancha con los delanteros, con algunas ausencias indisimulables, no alcanzó con el esfuerzo redoblado de Julián Álvarez y Lautaro Martínez, y si encima en la primera clara del rival se sacó del medio, todo se hizo difícil. El juez además se mostró riguroso y demasiado propenso a pitar todo para el rival.
Colombia se puso en ventaja en una distracción del elenco nacional, hicieron el 2-1 por la banda izquierda y lanzaron un centro preciso al área chiza, Dibu quedó en el primer palo y Mosquera que se elevó para empujarla con la frente de cara al arco indefenso. Argentina tuvo algunas, Álvarez la más clara cuando le robó la pelota al arquero y su remate atravesó toda la línea de gol. Faltó fútbol, sobró garra, pero en general no se jugó una buena primera etapa.
El segundo tiempo arrancó con sorpresa, James Rodríguez la cedió mal al medio, Nico González la robó, encaró al área y la cruzó para marcar el empate transitorio. Sin lugar a tener tranquilidad de volver a pararse en el partido llegó una jugada polémica que marcó el rumbo del partido. Ottamendi fue abajo a barrer adentro del área, un rival se tiró como si le hubiera pegado un tiro, pero el árbitro dejó seguir.
Cuando Argentina ya estaba en el otro área el VAR chileno llamó al referí, le mostró una foto de la jugada anterior, donde supuestamente hubo contacto, y el árbitro marcó penal que Rodríguez cambió por gol cruzando el remate ante Dibu Martínez. Luego vino una sucesión de jugadores tirados, demoras simulando dolencias, lesiones, saliendo en cada cambio caminando, con la complicidad arbitral absoluta.
Se perdió el partido que se podía perder, temperatura, humedad y horario inadecuados, una terna arbitral chilena impresentable, casi un robo a mano armada, quizás ante la impotencia de la derrota del último sábado o ante la frustración de tener que ver otro mundial por televisión, ya que está último entre los 10 seleccionados que compiten en esta eliminatoria.