El empleo informal, también conocido como trabajo en negro, ha mostrado un crecimiento mucho más acelerado que el trabajo formal en la Argentina durante los últimos cuatro años. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), mientras que se generaron 363.000 empleos registrados en el sector privado, el número de trabajadores no registrados aumentó en 568.000.
Esto deja ver que por cada empleo formal que se creó, se sumaron 1,5 empleos informales, una preocupante tendencia hacia la precarización laboral. El trabajo sin registrar es una problemática que afecta a gran parte de la economía y limita el acceso de los trabajadores a derechos esenciales como la seguridad social y las jubilaciones.
No obstante, no es solo problemática de la Argentina, en América Latina, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que aproximadamente el 50% de los trabajadores se encuentran en la informalidad.
Con consecuencias palpables en los sectores más vulnerables, como jóvenes y mujeres. En la Argentina, la informalidad impacta principalmente en grupos que ya enfrentan dificultades para acceder a empleos de calidad.