El consumo masivo sigue mostrando señales preocupantes en la economía argentina. Según datos recientes del Indec, la actividad económica de julio mejoró un 1,7% respecto a junio, pero el panorama para el consumo sigue siendo sombrío.
El director de la consultora Scentia, advierte que se profundizó en comportamiento del consumo durante los últimos meses y las expectativas para el cierre del año.
Del Río detalló que el consumo masivo empaquetado, que incluye alimentos, bebidas, cosmética y productos de limpieza con código de barras, ha sufrido una contracción del 17,2% en agosto en comparación con el mismo mes del año pasado.
«Sabíamos que el segundo semestre sería el más duro del año porque se compara con las mejores bases del 2022, cuando hubo acciones concretas para incentivar el consumo en un contexto electoral», explicó.
También hizo hincapié en que todos los canales de venta están en terreno negativo: «El supermercadismo cayó un 18%, los autoservicios un 17%, y los almacenes y kioscos cerca del 17%. No hay ningún sector que se esté salvando de esta tendencia».
Los productos de higiene y cosmética, así como las bebidas alcohólicas, han sido de los más golpeados, con caídas superiores al 20%.
Del Río advirtió que el panorama no mejorará en el corto plazo: «Posiblemente veamos caídas de doble dígito hasta noviembre inclusive», subrayó.
Según sus proyecciones, el consumo podría finalizar el año con una retracción superior al 10%, lo que colocaría al 2024 como uno de los peores años en términos de consumo masivo de las últimas tres décadas.