Tras la derrota categórica ante el Millonario ayer en el Monumental de Núñez, el goleador histórico de Rosario Central se mostró contariado, triste y dijo no haberse sentido respetado por entrenador, que decidió reemplazarlo por Enzo Copetti en el entretiempo. Holan brindó explicaciones por el cambio prematuro.
Caliente, todavía con el dolor de la derrota encima y además enojado por el cambio y el presente futbolístico de un equipo que fue vapuleado por la superioridad del rival y su mayor jerarquía, Ruben no ocultó su malestar y dijo que podría haber sido su último partido con la camiseta auriazul.
Solo resta saber si será de la partida ante Belgrano de Córdoba, para despedirse de su gente en Arroyito el próximo fin de semana, o si la pobre imagen ofrecida en el Monumental, donde no puso hacer pesar su experiencia en ningún momento, aislado y sin que nadie acompañe sus esfuerzos fueron sus últimos minutos en cancha.
El DT auriazul se refirió a su salida y dijo que mantenerlo en cancha, de espaladas, a 60 metros de sus compañeros no era la idea, y que lamentaba si se había sentido poco respetado por su decisión. Ruben retornó del retiro con 38 años a cuestas y la idea de compartir plantel con Di María, que nunca volvió a Rosario. Además creía que todavía podría marcar diferencias y las reiteradas lesiones lo alejaron de su mejor nivel futbolístico. Sin dudas será un retiro no esperado y sin la embergadura deseada, reflejo de un año en el que todo salió mal.
