La decisión marca un cambio rotundo, ya que se trata de sacar al país que es el principal aportante de fondos de la organización, con cerca del 18% de su financiación total. De hecho, el presupuesto aportado para 2024-2025 fue de u$s6.800 millones.
A causa de esto, el oficialismo estadounidense afirmó que la medida fue tomada por la exigencia de "pagos injustamente onerosos" e "incapacidad para adoptar reformas necesarias con urgencia y para demostrar independencia".
En 2020, sobre el final de su primer período en la Casa Blanca, el mandatario había tomado la misma decisión. Sin embargo, dado que la ley exige un período de un año entre la medida y su cumplimiento, en aquel momento no pudo hacerse efectiva, debido que su sucesor, Joe Biden, la revocó en 2021.