Con goles de Sández y Giménez, Rosario Central se impuso a Vélez Sárfield por 2 a 1 en el Gigante de Arroyito y con ese resultado llegó a la punta y clasificó a la siguiente ronda del certamen. La injusta expulsión de Quiroz en la segunda etapa, le permitió al Canalla doblegar al Fortín, que se había puesto en ventaja temprana con gol de Romero.
Central comenzó a perder el partido en los vestuarios en el primer tiempo, a la ya anunciada ausencia de Campaz, su socio Malcorra sintió una molestia y tampoco fue de la partida. La sociedad que le da fútbol a los de Holan fuera de la cancha, Ferreira, autor de dos tantos importantes tampoco fue de la partida, supuestamente también lesionado, y el Pelado Quintana, que no está desgarrado según los informes médicos pero hace más de 20 días que no juega, lo vio desde un palco.
Además Holan pensó que era buen día para dejar a Duarte en el banco, Copetti volvió a ser el 9 de siempre, la mayoría de las veces a contramano, si la jugada pide que vaya él se queda y viceversa, la gente lo silbó, y desaprobó su rendimiento. Lovera empecinado en pasar 4 rivales, nunca lo logró, Giaccone perdido, ausente por varios pasajes de la primera etapa, Santi López con ganas, pero perdiendo casi todos los duelos individuales.
Vélez fue práctico, ganó todas las segundas pelotas, corrió más y mejor. Komar cabeceó hacia atrás y habilitó a Brian Romero, que la empujó en la línea. Tras revisión del VAR, el árbitro convalidó el tanto de la visita. El equipo auriazul nunca reaccionó, ni siquiera tuvo acciones de riesgo, salvo una de Santi López, que había gambeteado al último defensor en mitad de cancha, y cuando tenía el camino libre <con bastante distancia por recorrer> para llegar al arquero, el impresentable Lobo Medina retrocedió para marcar una infracción anterior. Insólito.
La segunda etapa cambió el rumbo del partido por otra acción del árbitro, que se había quedado con dudas sobre expulsar a Quiroz por una durísima infracción a Giaccone, y en la primera "infracción" se fue a los vestuarios. Ibarra la inventó y eso volcó las acciones. Aún sin fútbol, pero con actitud los locales se fueron encima de Vélez, y con dos goles dieron vuelta el partido.
Ambos de córner, el primero de Lovera, preciso y a la cabeza de Sández, que puso la testa para marcar la igualdad. Sobre la hora, agónico, y desde el otro lado, el paraguayo Giménez marcó cuando ya se jugaban tres de descuento. Locura y festejo en Arroyito, clasificación, puntero al menos hasta mañana y con ausencias de peso.
Jugó mal, lo ganó de guapo, Holan hizo debutar a Cantizano, puso a Segovia,y Duarte en el complemento y Santi López fue el mejor, todos chicos de no más de 18 años. El árbitro influyó en el resultado, es cierto. Corresponde decirlo porque cuando lo perjudican a Central, lo decimos de la misma forma. Quizás en vestuarios haya visto la jugada en la que debió mostrar roja directa, después, su error lo llevó a cometer una injusticia. Central ya está en la siguiente ronda, el miércoles comenzará su camino en Copa Argentina ante Los Andes. Sábado a la noche, hoy, Arroyito es pura fiesta.