De esta forma, el dirigente de Pro negó que esta devaluación tenga que trasladarse necesariamente a los precios y que la gente debería “ajustar solo lo que corresponde”. “No porque el dólar se devalúe un 15% tenés que aumentar eso mismo; tenés que ver cuánto impacta el dólar en tu producto”, consideró.
“Espero que hayamos aprendido de experiencias pasadas, de que el nivel de consumo está por debajo y no da para decir ‘tengo todo vendido entonces subo de precio’“.
También consideró que la quita del cepo cambiario traerá consigo una suba de la inflación en los próximos meses y tras el dato del 3,7% en marzo de 2025.
“Va a pasar eso, es el precio necesario a pagar para lograr volver a caminar sin muletas. El otro sistema no iba a funcionar eternamente, por algo Uruguay, Brasil y Chile no tienen cepo; si no tenemos reglas normales no hay futuro”.
“La Argentina tiene que ir hacia una normalidad y vivimos en una emergencia que no se puede perpetuar. Hay que buscar una normalidad sin cepo, con diálogo y generar el bien a conquistar: la confianza, todo se construye con la confianza. La Argentina destruyó la confianza durante décadas y eso nos hizo mucho daño”, enfatizó.
En esta misma línea, aseguró que bajar la inflación “no es tan fácil como se pensó” y responsabilizó a la “herencia pasada”. “Tal vez el Presidente pecó de entusiasta porque él es así, pero creo que sirve para que todos tengamos un baño de humildad y nos demos cuenta de que hay que colaborar”, remarcó.
Pese a sus consideraciones sobre la devaluación y el aumento de precios que se diferencian de la línea discursiva del Gobierno, el expresidente elogió la quita del cepo y aseguró que es “un paso adelante”:
“Todos sabíamos que el cepo era una muleta para alguien que necesita volver a correr. Trae trabajo y el trabajo trae felicidad. Ningún país con cepo puede tener buenas inversiones, así que bienvenido sea el paso adelante hacia la normalización; todavía estamos lejos de donde queremos llegar pero estamos en el ritmo correcto”.