“Sonaba mi nombre por ahí para el Barça. Llamaron a mi representante y el fútbol siempre es un trabajo”, expresó el exjugador de Real Madrid, quien decidió no avanzar en esas negociaciones. A pesar de su pasado en el Merengue, valoró el interés como un gesto positivo, aunque dejó en claro cuál sigue siendo su preferencia. “Si fuera Florentino el que me llama, me voy nadando”, agregó, entre risas.
Tras ese contacto inicial, la institución catalana optó por otro camino: se inclinó por Wojciech Szczesny, quien salió del retiro para ponerse el buzo de arquero. Hoy, el polaco es pieza clave en una temporada soñada para los culés, que pelean por LaLiga, la Copa del Rey y la Champions League.