Un rosarino de entre 30 y 60 años necesitó en marzo al menos $402.631 para no ser pobre, mientras que ubicarse por encima de la línea de indigencia fueron necesarios $147.436, según el último informe de la Usina de Datos de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).
Una familia de referencia -integrada por dos adultos y dos menores, propietarios de una vivienda– en el tercer mes del año requirió $1.198.406 para no ser pobre y $458.526 para saldar las necesidades alimentarias básicas (y no caer en la indigencia).
En marzo, y con respecto a febrero, la Canasta Básica Total (CBT, que establece el umbral de pobreza) creció 3,6%, mientras que acumuló un alza del 9,5% en el primer trimestre del año. Al comparar con igual mes del año pasado, la suba acumulada es del 28,9%.
En cuanto a la Canasta Básica Alimentaria (CBA, línea de indigencia), la suba mensual fue del 5,8%, la trimestral del 12,5% y la internaual trepó el 29,9%.
A modo de referencia, en marzo del año pasado la CBT para un adulto costaba $312.334; en diciembre pasado $367.640; y en febrero $388.824.
La Usina de Datos entendió que la suba en la Canasta Básica Alimentaria estuvo impulsada por el aumento de algunos productos frescos, como raíces y tubérculos (+63,7%) y verduras y hortalizas (+37%).
En cambio, aceites y grasas bajaron un 1,5%; las frutas se desplomaron un 20,1%; y las legumbres un 8,2%.
En menor medida, también subieron azúcares y dulces (7,5%), bebidas y jugos (1,4%), carnes (3,3%), cereales y derivados (1,2%), condimentos (2,9%), huevos (5,6%), lácteos (0,2%) y pan (4,1%).