Aunque hubo un leve repunte, especialistas del INA aseguran que “no refleja una recuperación sostenida”, sino una simple fluctuación dentro de un ciclo de descenso persistente. Esta situación obliga a reducir el calado de los buques, encarece la logística y reduce la competitividad de las exportaciones del Gran Rosario.
La Bolsa de Comercio de Rosario estima pérdidas por al menos 244 millones de dólares en el sector agroexportador, sin contar los efectos indirectos como mayores demoras, incremento del transporte terrestre y su consecuente impacto ambiental.
En tanto, los pronósticos climáticos anticipan un invierno con pocas lluvias, por lo que no se espera una recuperación en el corto plazo.
A pesar del uso de represas como Itaipú y Yacyretá, desde el INA remarcan que estas centrales “no fueron diseñadas para sostener niveles hídricos prolongados”, limitando su capacidad de respuesta.
En este contexto, diversos informes proyectan que el volumen de carga por la Hidrovía podría duplicarse hacia 2035, pero advierten que sin inversiones en infraestructura y mayor calado en puertos como Timbúes, Argentina perdería terreno frente a Brasil y Uruguay.