Esta obra permitirá el aterrizaje de aeronaves de mayor tamaño y la repavimentación del tramo central, además de la modernización del sistema de balizamiento para optimizar la seguridad operativa. Se estima que estos trabajos requerirán el cierre temporal del aeropuerto rosarino.
El presupuesto asignado por el gobierno nacional para este proyecto supera los 41 mil millones de pesos, y las empresas interesadas podrán presentar sus ofertas hasta el mediodía del jueves 8 de mayo.
De acuerdo con la información disponible, el cierre de la pista por las obras se prevé desde la primera quincena de septiembre, con una duración aproximada de cien días, finalizando a fines de noviembre o principios de diciembre.
Esta modernización posibilitará la recepción regular de aviones de «fuselaje ancho» con capacidad para 250 a 300 pasajeros, lo que representa un avance significativo en comparación con las aeronaves de hasta 170 plazas que operan actualmente en vuelos internacionales.
La obra, con un plazo de ejecución estimado en cinco meses y un presupuesto de alrededor de 45 millones de dólares, implicará la suspensión de las operaciones de aterrizaje durante unos 90 días.
Si bien estas intervenciones son consideradas fundamentales para mantener los estándares de seguridad operacional, el objetivo principal radica en el incremento de la capacidad de soporte y operativa de la pista, abriendo la puerta a la circulación de aeronaves de mayor envergadura.
Este salto cualitativo se enmarca en un contexto de crecimiento del tráfico aéreo en el aeropuerto, que experimentó un aumento interanual del 35 por ciento en la cantidad de vuelos, y un notable incremento del 126 por ciento en los vuelos internacionales.
La reconstrucción de la pista y la instalación del nuevo sistema de balizamiento permitirán elevar la categoría operacional del aeropuerto de la actual Categoría 1 a la Categoría 3, lo que implica el cumplimiento de estándares internacionales aún más exigentes.
Según el Orsna, «esta mejora representará un avance cualitativo de gran importancia, tanto para el Aeropuerto de Rosario como para todo el Sistema Nacional de Aeropuertos (SNA), debido a que podrán operar aeronaves de mayor porte, incrementando la cantidad de pasajeros y turistas que puedan volar desde y hacia Rosario».
Actualmente, el Aeropuerto Internacional de Rosario recibe vuelos de Latam provenientes de Lima, de la brasileña Gol desde Río de Janeiro, de Copa Airlines desde Panamá y de Aerolíneas Argentinas, que opera rutas internacionales a Río de Janeiro, Florianópolis y Punta Cana.
En cuanto al cabotaje, Aerolíneas Argentinas es la principal compañía.
Ante el inminente cierre por obras, surge la pregunta sobre el destino de los vuelos. Aeroparque en Buenos Aires se perfila como el centro de derivación «natural» para el tráfico aéreo de Rosario.
Sin embargo, el gobierno de Santa Fe considera a Sauce Viejo, el aeropuerto de la capital provincial recientemente categorizado como internacional, como una segunda opción para potenciar su desarrollo.
Las estimaciones sugieren que la modernización de la pista demandará unos cinco meses de trabajo, con un cierre operativo de aproximadamente 90 días.
La alternativa de Sauce Viejo como centro de derivación podría generar debate, ya que varias aerolíneas han manifestado su preferencia por operar desde Aeroparque, incluso contemplando el traslado terrestre de pasajeros entre Buenos Aires y Rosario.
Finalmente, en relación con las dos mangas de embarque recientemente instaladas, aún no se ha establecido una fecha concreta para su habilitación, a pesar de estar conectadas al nuevo edificio terminal.