La jornada, marcada por el rechazo al presupuesto y la elección de la junta electoral, terminó en escándalo con golpes, sillas volando y la suspensión del encuentro antes de tratar la compra de un predio en Pérez.
Más de 900 socios se acercaron al estadio cubierto del Parque Independencia, atraídos por una agenda cargada de temas sensibles, en medio de un clima de descontento por el pobre presente futbolístico de la institución y cuestionamientos a la actual conducción.
Sin embargo, el inicio de la asamblea ya estuvo marcado por el malestar: decenas de socios denunciaron no haber podido ingresar, ya que la policía le impidió el ingreso.