Para seguir los pasos de Europa, donde este control financiero funciona hace varios años, las instituciones sudamericanas deberán controlar los gastos según los ingresos que reciben.
Es que el Fair Play les impide gastar más de lo que ganan, haciendo hincapié en algunas incorporaciones de alto costo que terminan en deudas e inhibiciones.
Con el objetivo de cerrar la puerta y dar un fin definitivo a las quejas de futbolistas y representantes por no cobrar en tiempo y forma, se cree que esto evitará llegar a ese punto y que el primer objetivo sea pagar a sus jugadores.