“La propuesta es clara: eliminar la confesionalidad del Estado. Incluso la Iglesia Católica está de acuerdo en que la provincia no tenga una religión oficial”, aseguró Ghione, quien destacó que esta lucha viene siendo impulsada desde hace décadas por pastores, líderes de otras confesiones y por su propio padre, militante evangélico y exdirigente del Foro por la Igualdad Religiosa.
Según explicó, la iniciativa que su espacio impulsa se basa en tres pilares: eliminar la confesionalidad, garantizar la separación entre el orden civil y el religioso, y establecer un esquema de colaboración del Estado con todos los cultos legalmente reconocidos.
“No se trata de separar la fe del pueblo, sino de garantizar que el Estado no tenga favoritismos”, aclaró.
Ghione subrayó que hoy ya existe una separación de hecho entre el Estado y la Iglesia, pero que persiste una desigualdad simbólica e institucional.
“Hay convenios vigentes con iglesias evangélicas, escuelas, centros de rehabilitación, hogares. No se puede negar esa realidad. Lo que buscamos es que esa articulación sea equitativa y no exclusiva”, planteó.
En ese sentido, remarcó que la reforma constitucional es una oportunidad única para avanzar en una provincia moderna y plural.
“Este debate no es ideológico, es un debate sobre derechos. Se trata de reflejar en la Constitución la diversidad que ya existe en nuestra sociedad”, afirmó. La propuesta ya comenzó a discutirse en la Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías.
Según adelantó Ghione, uno de los puntos que genera mayor expectativa es el reconocimiento de nuevos derechos, como el derecho digital o el derecho al agua, pero también habrá tensión en torno a la articulación con las instituciones religiosas.
“Estamos convencidos de que se puede encontrar consenso. Esta reforma no parte de cero. Hay un camino recorrido y mucho trabajo hecho por organizaciones y ciudadanos. Es hora de tener una Constitución que represente a todos los santafesinos, sin distinciones de fe ni privilegios históricos”, concluyó.