Entre diciembre de 2023 y octubre de este año la canasta de servicios públicos del AMBA se incrementó 514%, es decir, se mulplicó por seis.
Esto supone que si un hogar de clase media pagaba 50 mil pesos entre gas, electricidad y agua en noviembre de 2023, en estos últimos 22 meses pasó a afrontar unos 300 mil pesos, lo cual explica las dificultades de los sectores medios para llegar a fin de mes.
Se debe tener en cuenta que en el caso de los sectores más postergados que viven en villas o asentamientos, el servicio de electricidad está subsidiado.
El acceso a ese tipo de barriadas pobres suele tener un gran medidor central y, todos los meses, el gobierno de la provincia de Buenos Aires o el de la Ciudad le pagan a los distribuidores el costo de esa energía.
Esto incluye, por ejemplo, a las distribuidoras de electricidad Edesur y Edenor, y las de gas Metrogas y Naturgy.
En cambio, las subas de tarifas golpean con fuerza en los presupuestos de los jubilados con casa propia -existen cientos de miles en el AMBA y muchos viven solos-, quienes deben afrontar el costo de los aumentos a pleno.

