En un principio, esta posibilidad estará destinada exclusivamente a los convivientes de casos confirmados por laboratorio que tengan síntomas, residan en áreas de transmisión comunitaria, y no reúnan criterios de internación.
Sin embargo, la definición es dinámica y podría sufrir modificaciones en virtud de las necesidades sanitarias de las provincias.
Los mayores de 60 años, personas con factores de riesgo, embarazadas, personal de salud, residentes y trabajadores de instituciones cerradas (geriátricos, por ejemplo) seguirán requiriendo un testeo PCR para confirmar que contrajeron la enfermedad.