La Organización de Naciones Unidas fue quien determinó, en una asamblea llevada a cabo en diciembre de 2007, que cada 2 de abril, sea el Día Mundial de Concientización sobre el Autismo. En ese marco, con miras a aumentar la conciencia pública sobre este trastorno, invita a que la fecha no pase inadvertida en ningún país y alienta a que se adopten medidas para concientizar a la sociedad sobre la problemática de las personas en situación de discapacidad.
La discapacidad es compleja, dinámica, multidimensional y objeto de discrepancia. En las últimas décadas, el movimiento de las personas con discapacidad, junto con numerosos investigadores de las ciencias sociales y de la salud, han identificado la función de las barreras sociales y físicas presentes en la discapacidad.
En el preámbulo de la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) se reconoce que la discapacidad es un “concepto que evoluciona” pero también destaca que la discapacidad “resulta de la interacción entre las personas con deficiencias y las barreras debidas a la actitud y el entorno que evitan su participación plena y efectiva en la sociedad en igualdad de condiciones con las demás”. Si se define la discapacidad como una interacción, ello significa que no es un atributo de la persona.
Se pueden lograr avances para mejorar la participación social abordando las barreras que impiden a las personas con discapacidad desenvolverse en su vida cotidiana.
La CDPD destaca los factores ambientales que limitan la participación de las personas con discapacidad, pero la que se presenta como la más arraigada y trabajosa en derribar es sin dudas la “barrera cultural”.
Por ello considero oportuno reflexionar sobre algunas expresiones y conductas negativas que empleamos de manera habitual:
Quién no ha utilizado alguna vez un término vinculado a la discapacidad hacia una persona que no comprendía lo que le queríamos decir?
Quién no ha utilizado alguna vez la expresión “pobrecito”?
Quién de nosotros alguna vez no se dirigió con un tono de voz más alto de lo habitual al hablar con una persona ciega? como si ésta tuviera dificultades para escuchar…
O lo hizo en forma indirecta a la persona con discapacidad y utilizó de interlocutor a su acompañante?
El uso de términos despectivos y agraviantes como “pareces autista” o“es un diálogo de sordos”, dejando entrever que no existe comunicación o entendimiento posible entre las partes también son de uso común.
Dudo que quien conozca cabalmente la problemática de quienes tienen Trastornos del Espectro Autista (TEA), la utilice en forma peyorativa. En cuanto a la expresión “diálogo de sordos” dejemos en claro que se trata de una modalidad diferente de dialogar. Ya que la lengua de señas es una lengua natural de expresión que tiene estructuras gramaticales perfectamente definidas como la de cualquier otra lengua natural y no es una simple mímica.
Sería interesante pensar por qué no podemos aceptar al otro tal cual es, con las características que cada uno tiene. ¿Por qué aparecen en el lenguaje cotidiano esas manifestaciones? ¿Serán nuestro verdadero pensar y sentir? ¿Será porque la discapacidad nos enfrenta a nuestras limitaciones, a nuestros temores? donde lo “diferente” toma el lugar de lo desconocido, entonces causa miedo… y el miedo nos paraliza, nos inhibe, nos aleja…
No hay peor discriminación que la indiferencia, pero a su vez cualquier manifestación de sobreprotección también nos inscribe en una forma de rechazo del otro. Es habitual escuchar el “ellos” y “nosotros” como si no fuéramos partes de un todo.
La comprensión y el respeto mutuo contribuyen a una sociedad inclusiva. Reunir información sobre la creencia, las actitudes y los conocimientos relacionados con la discapacidad puede ayudar a detectar deficiencias en la percepción del público que se puede subsanar mediante la educación y la información pública. Se pueden combatir los estigmas y la discriminación, por ejemplo, a través del contacto personal directo y las campañas de difusión social. Muchas organizaciones de personas con discapacidad están tratando de modificar las percepciones con respecto a la discapacidad a nivel comunitario. Quiero sumarme, una vez más, a esta tarea.
El objeto de estas palabras intentan promover un cambio de actitud donde todos seamos iguales y a la vez diferentes, en el largo camino hacia una sociedad más justa y equitativa para tod@s.
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Actividad para hoy sábado. |
Prof. Iris Perez
