La ex esposa del fiscal Alberto Nisman, Susana Arroyo Delgado, declaró ayer durante más de ocho horas -aunque interrumpida por declaraciones y diligencias judiciales- en la fiscalía que investiga la dudosa muerte. Brindó detalles sobre el regreso anticipado del fiscal. Se aleja la hipótesis del suicidio inducido y la causa va virando hacia el asesinato.
Arroyo Delgado se presentó a declarar en el edificio de Tucumán al 900, como testigo ante la fiscal Viviana Feín, y pidió ser querellante de la causa en representación de las dos hijas menores que tuvo con el fiscal Nisman.
De esta manera la jueza federal tendrá acceso a la causa y podrá solicitar medidas de prueba.
Si bien la magistrada se retiró sin hacer declaraciones a periodistas, trascendió que Arroyo Delgado expuso a la fiscal sus dudas acerca de la hipótesis del suicidio, que ya había manifestado el martes cuando la prensa le preguntó si creía se trataba de un suicidio la muerte de su ex pareja.
A su vez, se conoce que brindó datos sobre el regreso anticipado de Nisman, quien la llamó a mediados de enero, le informó que debía regresar de urgencia a la Argentina del viaje que estaba realizando con su hija en Europa y le pidió que viaje a Madrid a encontrarse con la chica de 15 años.
