Las agrupaciones militantes del oficialismo organizan una demostración de fuerza, opuesta al 18-F, para la apertura de sesiones ordinarias del Congreso.
Faltan detalles menores, como la consigna y la hora. Pero lo central está definido: la militancia kirchnerista completa se va a movilizar el 1° de marzo frente al Congreso.
Ese día Cristina Fernández dará su último discurso ante la Asamblea Legislativa.
“Hay que mover todo”, fue la instrucción que bajó de la Casa Rosada a las principales agrupaciones de militancia.
Días después de la Marcha del Silencio del 18-F, la movilización intentará ser una demostración de fuerza y la recuperación simbólica de la calle. La idea es sostener y dotar de capital político a Cristina, de cara a la transición presidencial.
Para el Gobierno, se desarrolla “la batalla final contra las corporaciones” que quieren condicionar a la presidenta, y a través de ella, a la democracia, un mensaje en línea con el texto que ayer difundió Cristina en las redes sociales.

