
El lugar donde quedó el orificio y el recorrido del proyectil son "compatibles" con una lesión autoinfligida y, según el análisis de los forenses, tiene entidad suficiente como para causar la muerte.
El disparo está localizado a unos dos centímetros por encima de la oreja, atravesó un hueso, dejó una marca conocida como "tatuaje" (que se genera por la combinación de la deflagración y el calor que desprende) en la piel y no tiene orificio de salida.