Según el trabajo de Ferreres, pesaron en este magro resultado “los menores niveles de producción agrícola”, que “se vieron exacerbados por una cosecha gruesa menor a la esperada (afectada por inusuales lluvias), sobre lo que hay que adicionar una acentuación de la caída en la construcción, principalmente por una baja temporal en la obra pública”.
Para el estudio, “la baja del consumo impactó sobre el comercio”. Pero aclara que “sin embargo, el retroceso observado también es consecuencia de que algunos determinantes que operaron positivamente en el primer trimestre han desaparecido”.
Explica, así que “el caso más evidente para referir este último factor es la industria alimentaria, que se vio favorecida por una inusual disponibilidad de granos en el período enero-marzo. En este sentido, esperamos un tercer trimestre con indicadores mixtos y un repunte recién en el último trimestre del año por recomposición de la demanda, de la obra pública y del sector agrícola”.