La Cámara alta trató durante más de siete horas el cálculo de gastos e ingresos del año próximo junto con la reducción de las facultades delegadas "súperpoderes" que permiten al Ejecutivo reasignar partidas sin aval parlamentario.
La ley habilita al Gobierno a realizar gastos corrientes y de capital por más de $ 2,3 billones, cifra calculada a partir de las previsiones macroeconómicas que estiman una inflación anual promedio de 17%, un crecimiento del 3,5%, un déficit fiscal del 4,2% del PBI y un dólar a fin de año equivalente a $ 17,92.
El interbloque Cambiemos consiguió convertir en ley ambas iniciativas con el apoyo crítico de la oposición, que alegó una cuestión de "responsabilidad" para dar aprobación, pero cuestionó el nivel de endeudamiento del próximo ejercicio.