Fue el ministro de Justicia y DDHH, Germán Garavano, quien cruzó al exmagistrado y cuestionó que, lejos de arrepentirse por haber expresado su intención de que el Presidente dejara su cargo "lo antes posible", insista con el tema.
"Presenta una visión antidemocrática que los argentinos dejamos atrás. Insiste con posturas políticas dudosas. Pone en crisis y termina desprestigiando a todo el sistema interamericano de Derechos Humanos", aseguró