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Es que el el precio del combustible es clave en una economía en la que la abrumadora mayoría de los productos se transportan en camión. Una suba en los combustibles de traslada automáticamente a precios.
Por el aumento del dólar y del precio internacional del crudo, las naftas y el gasoil deberían aumentar un 14% en los próximos días. Frente a este panorama el gobierno busca alcanzar acuerdo temporales por 60 días y diferimientos impositivos para evitar que las subas lleguen a los surtiodres metiendo más presión a la inflación.
En la primera reunión de urgencia celebrada el viernes pasado el ministro Juan José Aranguren le pidió a las grandes petroleras alcanzar un acuerdo temporal de modo de evitar una nueva suba en los combustibles en mayo y por ende que acepten cobrar un precio menor que el del mercado internacional.
En la práctica, se trataría de buscar, sólo por dos o tres meses, a un esquema similar al del barril criollo que aplicó el gobierno de Cristina Kirchner y que el gobierno de Macri criticó y eliminó para liberar el precio de los combustibles. En los primeros cuatro meses del año las naftas se encarecieron en un 14% en promedio y en el último año subieron un 50%.