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“La sequía, la baja de la actividad económica y la recesión generaron una significativa caída de la venta de gasoil. Como no se produce, no se transporta la producción, que en el país el 90% es en camiones”, dijo el titular de Faeni.
Las estaciones de servicio no se benefician con la suba y sufren las consecuencias al igual que los usuarios. “Con cada aumento, las petroleras toman decimales de nuestra rentabilidad. Cayeron las ventas, subieron los costos y la carga impositiva nos pasó por encima”, dijo.
Una estación de servicio necesita vender actualmente unos 330.000 litros de combustible por mes para ser rentable. Hace 10 años eran unos 150.000 litros. Confesó que hay muchas estaciones que no están logrando ese nivel de venta, por lo que hay riesgo de cierres y despidos.
“En promedio, las ventas están apenas por encima del punto de equilibrio. Ahora con esta caída hay muchas estaciones que no están llegando. Ya hay algunas en proceso preventivo de crisis, reuniendo papeles y negociando con el sindicato”, expresó el representante de los estacioneros. Y agregó: “Encima, según analistas, la recesión va a durar hasta marzo del año que viene. Estamos muy complicados”.