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La novela de Zampedri parece haber llegado a su fin, o al menos por ahora. Central necesitaba imperiosamente una venta para sanear las finanzas del club, pero la exigencia de U$S 3,5 por el jugador alejó el supuesto interés de Independiente. Si bien es una pieza fundamental para el esquema de juego que propone Bauza, la dirigencia estaba dispuesta a venderlo e ir por un reemplazante guardado bajo siete llaves.
Además, la operación suponía el remanente de dinero necesario para asegurar la llegada de un marcador central zurdo, puesto en el que Bauza no está conforme con lo que tiene, ya que no termina de convencerlo Cabezas, y mucho menos Barbieri y Ortíz. Pero sin venta no habrá por Arroyito llegada de otro refuerzo en esa zona.
Podría decirse que Central se reforzó desparejo en este mercado de pases. Apostó todo a conseguir jugadores que le aportaran algo del fútbol que le faltó en el semestre anterior, donde a pesar de ello consiguió coronarse en la Copa Argentina.
Trajo a Rinaudo, volante de contención que ocupa el puesto del Colo Gil, otro de los apuntados para salir por el que finalmente no llegaron ofertas. Se cubrió por las bandas, con las llegada de Allione y el próximo arribo de Vergara, lugar donde perdió a Carrizo.
Trajo un delantero como Riaño, para suplir la salida de Ruben, pero parece ser que se quedó con la sábana corta, no llegaron defensores, sector de la cancha donde además se desprendió de los Gómez, uno por cada lateral y Bauza al parecer deberá arreglarse con lo que tiene.
Con la billetera flaca y con los días contados, los dirigentes tratarán de cerrar lo de Molina, el defensor de Boca que llegaría a préstamo, y por el que estaba todo acordado, pero Alfaro puso de titular en el equipo que venció a Aldosivi en Mar del Plata y mostró buen rendimiento, algo que finalmente complicó su llegada a Rosario.

