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“Los usuarios tienen derecho a que se les preste un servicio de buena calidad, uno esencial como es el caso de la energía eléctrica. En consecuencia, todo daño o perjuicio que un corte genera, obliga a las empresas a resarcir al usuario”, explicó.
Y finalmente, resaltó: “Es cierto que las tarifas eran bajas, pero también es cierto -y eso no se dice- que las mismas estaban subsidiadas por el Estado Nacional. Las empresas eléctricas Edenor y Edesur, al igual que las provinciales, compraron a las empresas generadoras a un precio con subsidio. Ninguna de ellas estuvo perdiendo dinero”.