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Brasil comenzó ayer a desplegar a 44.000 militares en la vasta región amazónica para combatir los fuegos forestales de esta área. La situación puso en jaque al gobierno de Jair Bolsonaro, criticado internacionalmente por no haber reaccionado a tiempo.
Estos incendios están también entre los temas centrales de la cumbre del G7, que se está celebrando en Biarritz (Francia). En ese marcom ayer el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, puso en duda la ratificación del acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur si Brasil no combate estos fuegos.