Ellas fueron: el reperfilamiento de la deuda a corto plazo -se extenderán a un plazo de entre 3 y 6 meses- para tenedores institucionales; el envío al Congreso de una propuesta para promover la extensión de plazos sin quitas de capital e interés; la propuesta de un alargamiento de plazo para los bonos de legislación extranjera para bancos e inversores institucionales; y una de similar tenor al Fondo Monetario Internacional.
Explicó que el Gobierno no enfrenta "un problema de solvencia, sino liquidez por la volatilidad".