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“Desde la sanción de la Ley 26.485 contra la violencia machista en 2009 hasta la fecha no se ha destinado un presupuesto acorde para efectivizar las políticas públicas necesarias, siendo que nunca alcanzó el 0,01% del presupuesto total”, manifestaron desde la organización.
Una mujer es asesinada cada 32 horas. De los 226 femicidios registrados, 192 fueron femicidios directos; otros 28 fueron personas adultas y menores de edad asesinadas para vengarse de sus madres y 6 trans/travesticidio.
En el 40% de los casos, el femicida era pareja de la víctima; en un 28%, una ex pareja; un 16% conocidos; en un 10%, un familiar. Solo en un 4% el asesino era desconocido para la víctima y en un 2% no se tiene datos.
El 37% de los femicidios se dieron dentro de la vivienda de la víctima; el 25% en casas compartidas; el 10% en la vía pública y el 10% en descampados. En el 38% de los casos, víctima y victimario convivían. El 7% de los femicidas pertenecía a alguna fuerza de seguridad: de estos, el 60% policías y el 25% militares retirados. Del total de los femicidios cometidos con armas de fuego, el 13% fueron con un arma reglamentaria.