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Lo que se conoció como Cambiemos, en Rosario se encuentra fragmentado, dividido y herido de muerte. No solo perdió la caja que significaba contar con el gobierno Nacional, sus programas, empleos, y oportunidades para sus militantes, la pérdida autoinflingida del sustento que permitía contar con la presidencia del Concejo, según afirmaciones del propio López Molina, también se sintió fuerte puertas para adentro.
Ahora viene el desafío de sostenerse sin recursos, por política, por convicciones, con un buen grupo de concejales, algunos diputados provinciales y nacionales. El primero que sintió el recorte fue el local que los vio crecer. Si bien no fue el primero, el local de Laprida y San Lorenzo los albergó por un tiempo, luego se mudaron al de Maipú y San Lorenzo, bunker de las elecciones del 2017 y 2019, pero raudamente, a poco de retirarse del poder, se quitaron las insignias que lo identificaban y pronto volverá a ser uno más de los miles de locales desocupados que su política económica dejó.
Ya en la elección nacional, los referenciados con el ahora diputado nacional Federico Angelini armaron allí su centro de operaciones, mientras que los de López Molina se establecieron en un bunker del Ros Tower, mostrando ya los primeros signos inequívocos de fragmentación. El legislador nacional conserva oficinas en Puerto Norte, desde donde diagrama estrategias, pero al parecer no estaba dispuesto a financiar de su propio bolsillo ese refugio de grasa militante que buenos réditos le dio en lo personal.
Desde aquella solitaria concejalía de Laura Wescamp, donde Rosselló y López Molina eran asesores, pasó mucha agua debajo del puente. Cambiemos creció muchísimo en la provincia, estuvo a unos pocos miles de votos de arrebatarle la bota al socialismo, y de no ser por algunos heroicos peronistas que se inclinaron por el PS, ante el temor de perder la provincia así hubiera sucedido. También estuvieron a pocos votos de quedarse con la intendencia de Rosario. Miguel del Sel y Ana Laura Martínez se quedaron en la puerta, a poco de cruzar la meta.
Hoy el espacio político cuyo principal referente es Mauricio Macri cuenta con cuatro bloques en el legislativo local, dos referenciados en la UCR (León/Megna). Deberá ahora asumir la responsabilidad de ser el tercer espacio político de la provincia. Quizás aliado a algún sector de la UCR pueda volver a soñar con tener protagonismo, aprovechando que el radicalismo parece reverdecer en Rosario, donde se quedó con la intendencia, la UNR y la presidencia del Concejo. Habrá que ver si el partido que fundara Leandro N. Alem está dispuesto a cargarse esa mochila, o prefiere reasumir su rol protagónico en la política santafesina.

