Los comerciantes minoristas ponían como ejemplo que un cajón de papas estaba la semana pasada en $290 y hoy no baja de $500. Las zanahorias, la lechuga, y los tomates siguieron el mismo camino y la bronca se acumuló desde temprano.
La especulación terminará en breve en las góndolas de los comercios que tendrán que enfrentarse a los consumidores con una lista difícil de afrontar. A pesar de la promesas de controles, de la severidad prometida, nada de eso sucedió y el abuso está vigente, mostrando la peor cara de una sociedad que parece autoinflingirse daños colaterales a la difícil situación que nos toca afrontar.